No se como empezar, quizás lo primero sería pedirte perdón por no haber podido terminar tus encargos antes de tu partida. No te dio tiempo ni a verlo en fotos, lo siento. Quiero decirte que no te preocupes, el trono está terminado (esta vez hemos acertado), el tema de las luces ya las he encontrado y los encargos de Riopar estarán a tiempo para la Semana Santa, por lo demás pues como todos los años cada uno encargándose de lo que le toca, los problemas los de siempre, el más gordo el de los costaleros sabes que siempre nos falta gente. Mariano que no se te pase, no lo dejes para el último día échame una mano como siempre para que no falte gente para sacar el trono.
Que injusta que es la vida, injusta y dura, no alcanzo a saber por qué, por qué tanto dolor, tanto sufrimiento, tanto vacío no se para que. Te fuiste de noche al cambiar el día, te ganó la batalla esa maldita enfermedad, te ganó con sus sucias trampas y no porque dejaras de pelear, te ganó porque ella iba a por ti y tu luchabas sólo y nadie te pudimos ayudar, de nada sirvió el desvelo de los tuyos, el apoyo de tus amigos, esa maldita enfermedad nos ganó a todos ya que de nuestro lado te consiguió arrancar.
Tú me mostraste que no había que creer en el DIOS que trae el problema, sino en el DIOS que te da la fuerza para sobrellevarlo. Tu camino no fue fácil, la vida te puso a prueba muy pronto al perder a tu padre, pero supiste elegir el buen camino, dar ejemplo y ser un hijo digno, hermano y padre a la vez , tío y cómplice de tus sobrinos, luego se cruzó por tu vida esa gran mujer que con el tiempo y no poco esfuerzo fue tu mujer, y con esa unión llegaron tus hijos y demostraste que también sabias ser esposo y padre ejemplar, cuñados, tíos, tu suegra (una segunda madre), una gran familia bajo tu manto conseguiste arropar, amigo de tus amigos... jamás nadie dirá que llamo a tu puerta y no le quisiste abrir. Es tanto y bueno lo que sembraste, todo se quedó pequeño para recoger las muestras de dolor y admiración por la perdida de una gran persona como tú.
Te fuiste de noche al cambiar el día, emprendiste tu último camino solo y la noche se volvió fría, solo no, tu estandarte te guiaba, ya nada podrá impedir que duermas tu sueño eterno bajo el manto de tu blanca paloma.
Aún escucho tu voz,
llamándome desde el salón,
veo tu rostro feliz,
el vernos unidos junto a ti.
Recuerdo tu valor,
tu lucha, tu fuerza y tesón,
huellas que has dejado tras de ti,
senderos que todos hemos de seguir.
Hoy mis palabras son tristes,
y no debiera ser así,
tristes porque vengo a despedirte,
pero sé que volveré junto a ti.
Te pido que estés tranquilo,
todos nos hemos de cuidar,
y desde el cielo serás testigo,
del amor que supiste sembrar.
MARIANO GRACIAS POR DEJARNOS SER TUS AMIGOS