Por la mañana, en casa de un Cofrade se recibió para llevar a la Iglesia una tarrina de cuarenta rosas amarillas con un sobre que rezaba “Santa María Magdalena de Archena, la bendita perla de Oriente” en su interior el fiel devoto que tuvo éste bonito gesto con Santa María Magdalena le decía “A tus lagrimas rezamos, Dulce mujer; Santa María de Magdala, aquella mujer que lavo los pies con sus lagrimas y los secó con sus propios cabellos a nuestro Señor Jesucristo, la que escogió lo mejor cuando Jesús fue a su casa de Betania y fue testigo de la Gloriosa Resurrección de Cristo. A ti Magdalena Santa, guapa y morena, te rogamos que ilumines nuestras sendas. Ruega por nosotros. Amen”.
La tarde llegó y al primer regalo mañanero también se le sumaron más obsequios, florales de parte de la Cofradía y de una familia de Cofrades y el más importante, una Solemne Eucaristía en su Honor.
( Santa María Magdalena, dejó por un día su sitio junto al Corazón de Jesús para celebrar en el Altar Mayor su onomástica)
La Santa Misa comenzó a las 20:00, y fue celebrada por D. Francisco José Azorín, párroco de Nuestra Señora del Rosario de La Algaida, durante la homilía nos hizo hincapié y nos invito a seguir el ejemplo de nuestra Santa, pues si por algo destacó la mujer de Magdala fue por “ese amor ingente que desprendió hacia todo el Mundo con el que convivió, y en especial con Jesucristo que le cambió la vida” además el sacerdote reivindico el papel de Santa María Magdalena como pionera en la historia, “pues a raíz de ella, su ejemplo ha servido para que la mujer se incorporé a colaborar en la Iglesia, hasta el punto que en la actualidad en la labor de instrucción a los jóvenes mediante catequesis, la figura de la mujer como catequista gana por goleada a la del hombre”.(Imagen del Altar Mayor, con Santa María Magdalena durante la Homilía de D. Fco José Azorín)
Toda la Eucaristía fue participada por los Cofrades más jóvenes, desde la Monición de entrada, hasta la de salida, pasando por el Ofertorio y las Peticiones, en las que aparte de presentar nuestras necesidades, hubo un recuerdo para aquellos Cofrades que no pudieron estar con nosotros, decía así : Por todos los Miembros de ésta Cofradía, en especial por los que por problemas de salud no pueden estar con nosotros físicamente, para que les des ánimo y fuerzas en su recuperación. Y pronto vuelvan a estar aquí con nosotros. Roguemos al Señor.
Desde la Junta Directiva de la Cofradía queremos agradecer todas las muestras de cariño que recibimos ese día; a todos los que asististeis a la Eucaristía, compañeros de las Cofradías, con su Presidente Juan Pío Abenza al frente, Cofrades, y devotos en general. A los “enamorados” de nuestra Santa que quisieron hacerle esos regalos florales, y por supuesto a D. Francisco José Azorín, por su cercanía y buen hacer durante todo la Misa. Después de lo vivido y reconfortados con la Palabra y el Cuerpo de Jesús nos reafirmamos en la necesidad de seguir realizando éstos actos, pues no hay mejor manera de honrar a una imagen de nuestra Cofradía que dedicándole una Santa Misa.
(Miembros de la Cofradía, al acabar la Eucarístia acompañando a Santa María Magdalena con el Sacerdote y el Presidente del Cabildo)
Y para acabar, éste bonito fragmento que se leyó como Monición de Salida.
Al levantarse la aurora
con la luz pascual de Cristo,
la Iglesia madrugadora
te pregunta: ¿A quien has visto?
¿Por qué lloras en el huerto?
¿A quién buscas? A mi amado.
Buscando al que estaba muerto,
lo encontré resucitado.
Me quedé sola buscando,
alas me daba el amor,
y, cuando estaba llorando,
vino a mi encuentro el Señor.
Vi a Jesús resucitado,
creí que era el jardinero;
por mi nombre me ha llamado,
lo reconocí primero.
Él me libró del demonio,
yo le seguí hasta la cruz,
y di el primer testimonio
de la Pascua de Jesús>.
Haznos, santa Magdalena,
audaces en el amor,
irradiar la luz serena
de la Pascua del Señor.
Gloria al Padre omnipotente,
gloria al Hijo redentor,
gloria al Espíritu Santo:
tres personas, sólo un Dios.
Amén.
con la luz pascual de Cristo,
la Iglesia madrugadora
te pregunta: ¿A quien has visto?
¿Por qué lloras en el huerto?
¿A quién buscas? A mi amado.
Buscando al que estaba muerto,
lo encontré resucitado.
Me quedé sola buscando,
alas me daba el amor,
y, cuando estaba llorando,
vino a mi encuentro el Señor.
Vi a Jesús resucitado,
creí que era el jardinero;
por mi nombre me ha llamado,
lo reconocí primero.
Él me libró del demonio,
yo le seguí hasta la cruz,
y di el primer testimonio
de la Pascua de Jesús>.
Haznos, santa Magdalena,
audaces en el amor,
irradiar la luz serena
de la Pascua del Señor.
Gloria al Padre omnipotente,
gloria al Hijo redentor,
gloria al Espíritu Santo:
tres personas, sólo un Dios.
Amén.
¡¡Hasta el año que viene!!
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